lunes, 3 de septiembre de 2007

Oscuridad Policial.

Un hombre sale de su trabajo, como siempre y de repente vio a un policía pegándole brutalmente hasta matar a una persona, cuya identidad desconocida. Se escondió y tuvo un cierto miedo. Era el momento perfecto para escapar y hablar de lo sucedido pero empezó a sonar su celular. El policía se dio vuelta y de pronto el hombre sintió que este lo perseguía cada vez mas cerca. El hombre corrió y no miro para atrás, hasta que pudo notar que ya no lo seguía.
El hombre desesperado volvió a su casa. No había nadie en su hogar ya que su mujer e hijos se habían ido de vacaciones a mar del tuyu. Antes de poder tocar el plástico rígido del teléfono sintió un gran golpe en la cabeza.
A la mañana siguiente el hombre despertó ferozmente y trato de entender lo que le estaba pasando. Tenía recuerdos confusos y su mente estaba totalmente en blanco.
El hombre se sentía mareado y unos dolores constantes que recorrían todo su cuerpo. Intento realizar pasos hacia delante pero callo y golpeó con la mano el teléfono celular, Estiro su mano hacia donde se encontraba el celular y pudo ver con vista borrosa como decía claramente que “había perdido 3 llamadas de su esposa”.
Permaneció durante 2 horas inmóvil. Tirado en la alfombra con el celular en la mano hasta que pudo recobrar el aliento y aun con la memoria llena de recuerdos oscuros, decidió levantarse. Tomo el picaporte y salio a la calle.
La luz de la mañana que solo era y suave y nítida para el hombre parecía ser una luz fuerte y poderosa que ataba en sus ojos y producía fuertes dolores de cabeza.
El dolor se volvía insoportable, y estaba debilitando su cuerpo. La gente pasaba pero pensaban que era parte de locura y desesperación a lo que logro que solo le dieran monedas. Hasta que llego un policía robusto y de cabello castaño oscuro, tenia bigotes, ojos llamativos y fogosos que al mirar al hombre, este desde lo profundo de sus sentimientos sintió temor y dolor y al parecer sus recuerdos ya no formaban parte elementos y acciones borrosas. Sino que ya poco a poco comenzó a recordar.
El hombre parecía tener la enfermedad de Parkinson, ya que su cuerpo no paraba de temblar. Ese recuerdo que creyó que era pesadilla, se empezó a dar cuenta que se volvía realidad.
Atemorizado intentó levantarse pero recibió un golpe en las rodillas del policía. Al instante otro hombre gritó:
-Comisario Aristegui, déjelo creo que no hará falta castigos! Este hombre se quedara en la cárcel un largo rato-luego el policía soltó al hombre y mirando fijamente largó una pequeña risa y dijo sarcásticamente.
-Si yo también lo creo- y le colocó las esposas en las manos al hombre que no lograba comprender. Resignado a su destino, quedó aun más horrorizado cuando sacaron el cadáver de otro hombre de su garaje.
El policía metió de manera brusca a él en el auto y dijo:
-lo llevaré a la comisaría Sr. Merandies- Merandies lo miro espontáneamente al comisario y le dijo:
-Muy bien que quiera colaborar, pero recuerdo Aristegui este hombre debe declarar-y diciendo estas palabras, el comisario se metió en el auto y cerró las puertas y lentamente las ventanillas y antes de colocar la llave en el auto, se dio vuelta y con una mirada, perversa y diabólica se dirigió al hombre y le dijo:
-Quédese tranquilo no hará falta que declare, de todos modos no lo hará…



Autoras: Florencia Daconte y Sofía Ferruccio.

1 comentario:

Novelas juveniles dijo...

hola este cuento esta muy bueno los felicito se los recomiendo iwal todos estan muy bueno los felicito a todos los chicos de la escuela